Richard Parra: “Novelar una guerra es imposible, casi ridículo”
Richard Parra: “Novelar una guerra es imposible, casi ridículo”

Personajes marginados del poder que ostentaban y que intentan mantener algún tipo de autoridad, cargados de sentimientos ambivalentes en situaciones donde la tensión es una huella indeleble en cada historia pincelada de ficción de una realidad no tan alejada, son los que encontramos en Contemplación del abismo (Animal de invierno).

Después de ocho años, el escritor peruano Richard Parra hace una relectura de los cuentos que publicó durante el 2010 en este libro.

¿Qué cambios hay en esta segunda edición?

En el primer cuento, el personaje ha pasado por un proceso de violencia política; pero está en una situación de derrota y hay nostalgia por el poder. También hay personajes que tuvieron otro tipo de poder, como el de un exguerrillero. En la primera edición, los personajes eran cínicos. No había esa relación emocional; estaban despojados de ternura. Por eso, intenté analizar esa situación. Por ejemplo, el cuento “Pelícano”, que es el último que añadí, habla de la guerra; pero la literatura solo puede representar extractos de ella. Por eso, cuando piden escribir una novela representativa de la guerra, están exigiendo algo imposible y, hasta cierto punto, ridículo.

Hay cierta influencia de Julio Ramón Ribeyro en tus relatos...

He leído mucho a Ribeyro, pero en un momento me distancié de él. Cuando escribí la novela Los niños muertos, una de las primeras cosas que hice fue estudiar los cuentos de Ribeyro. Escribí un ensayo sobre “Los gallinazos sin plumas”, un cuento que fue importante para mi novela, pero no tanto para este libro. Yo no llamaría a mi libro realista, porque lo que me llama la atención son historias de realidades diferentes, más subjetivas, pero también con elementos míticos, religiosos. Eso me hacía pensar que no es un libro que se pueda llamar realista, sino que cuestiona la realidad.

¿Cómo construyó sus personajes de Contemplación del abismo?

Cuando yo pienso en un personaje, lo hago en grupo. Un personaje debe estar en tensión y tener una relación con su entorno. La construcción de los personajes ha ido variando con el tiempo. En este libro, en el cuento “El visitante”, el personaje busca a una mujer con la que tiene una relación, no necesariamente romántica, sino de compañía; a partir de ahí, nace la historia del pueblo y la relación de nostalgia, de desarraigo con la tierra. Así ubico a los personajes, siempre con elementos de tensión. Intenté darle un elemento dramático a esta relectura del libro y traté no de inventar otra vez, sino de ajustar esa tensión.

¿Es necesaria siempre la tensión?

En este libro sí era importante. Podría ser una limitación mía, pues me hace un autor clásico, al estilo shakesperiano; porque hecho mano de la tragedia. Me gusta, pero estoy trabajando en otro estilo.

¿Qué pasajes de su vida están en el libro?

Trabajo con la microexperiencia histórica. En el cuento “La navidad de la niña”, que podría ser la premisa de Los niños muertos, hay algunos recuerdos de mi infancia. Mi familia todo el tiempo contaba historias sobre sus pueblos, porque todos eran migrantes. Todos los cuentos tienen elementos de oralidad; algunos parten de entrevistas, otras de conversaciones, algunas son más serias que la otras. Trato de documentar mis cuentos, incluso los de mi propia experiencia y los de mi entorno familiar.

¿Qué proyectos tiene?

Estoy trabajando en una novela que podría definirse como una crítica del intelectual cortesano del poder. Hay y han habido muchos desde la época del Perú prehispánico.

RICHARD PARRA. Estudió Literatura en la PUCP. Fue ganador del Premio Copé por La tiranía del Inca y es autor de Los niños muertos (2015) y La pasión de Enrique Lynch (2014).

CIFRA. 10 cuentos componen su libro de relatos.